jueves, 15 de mayo de 2014

LITERATURA HISPANOAMERICANA EL SIGLO XX




En los países hispanoamericanos, el desarrollo de una narrativa propia fue más lento que el de la poesía, y de hecho hasta los años 40 aproximadamente no se produjo una renovación importante. Se suelen distinguir tres etapas principales:

1. Hasta los años 40 la literatura hispanoamericana se alimentó del realismo europeo al que añadió un toque regionalista como podemos apreciar en la novela Doña Bárbara (1929), de Rómulo Gallegos (venezolano): novela de la selva de Venezuela. O Don Segundo Sombra (1926), de Ricardo Güiraldes, novela dela Pampa y del gaucho. Asimismo se desarrolló la Novela indigenista, que denuncia la explotación del indio por parte de los blancos, e implica también una búsqueda y valoración de lo autóctono. Destacan, entre otros, Jorge Icaza y  El mundo es ancho y ajeno (1941), del peruano Ciro Alegría así como algunas Novelas políticas, especialmente la centrada en la revolución mexicana y el fracaso de sus ideales, como Los de abajo (1916) de Mariano Azuela.
 2. Desde los años 40 a los 60:
El realismo mágico. Esta corriente aparece a lo largo de los años 40, y se la llama también de “lo real maravilloso”. Parte de la peculiar realidad hispanoamericana, con una naturaleza de proporciones desmesuradas, todavía no dominada por el racionalismo occidental. Se caracteriza por combinar el realismo con elementos fantásticos o sobrenaturales propios de esa realidad, así como por incluir ambientes urbanos, antes apenas tratados, y dar cabida a problemas existenciales. Del mismo modo que hechos inverosímiles son introducidos con naturalidad en lo cotidiano, algunos hechos verosímiles se presentan como insólitos o increíbles.
 Aparecen como constantes algunos temas como la búsqueda de la identidad (individual y colectiva), la figura del dictador o tirano (que ha marcado la historia del continente y que se suele presentar con tintes ridículos), la concepción circular o cíclica del tiempo, o la reflexión sobre la propia creación literaria.
En cuanto a la forma, estos autores constituyen la primera generación que acomete la renovación formal del género, en técnicas y en lenguaje. Cuatro grandes nombres son:

Miguel Ángel Asturias (guatemalteco, 1899-1974)). Su novela más conocida es El señor presidente, una importante “novela de dictador”. Expresionista y barroca. El presidente adquiere rasgos demoníacos, en consonancia con el mundo en el que convergen la concepción cristiana y el universo mítico maya.
Alejo Carpentier (cubano, 1904-1980). Se caracteriza por su riqueza lingüística. Los hechos históricos se presentan desde las vivencias de los individuos. Sus principales novelas se ambientan en las Antillas en los siglos XVIII y XIX, con la esclavitud como problema de fondo. En el prólogo de El reino de este mundo (1949), el autor explica su teoría sobre “lo real maravilloso”: el escritor no tiene necesidad de crear mundos mágicos, ya que la propia realidad hispanoamericana es mágica, maravillosa, llena de excesos y contrastes.
Juan Rulfo (mexicano, 1918-1986). Su novela corta Pedro Páramo publicada en 1955, ofrece novedades técnicas como la estructura fragmentaria, desorden temporal, complejidad de planos narrativos e interrelación de historias. La narración gira alrededor de un personaje, Pedro Páramo, muerto ya en el tiempo del relato. Mediante la alternancia de planos narrativos se logra crear un mundo en que se confunden lo real y lo fantástico.
Jorge Luis Borges (argentino, 1899-1986). Escribió cuentos, recogidos en volúmenes como Ficciones (1944) y El Aleph (1949).
Son ejercicios de imaginación que plantean problemas metafísicos como la identidad, la eternidad y el infinito, el mundo como laberinto o el tiempo como ilusión. Con frecuencia filtra la ficción bajo una apariencia de ensayo, con un estilo frío y preciso pero cargado de sugerencias. 
3. La nueva novela (a partir de los años sesenta)
En los años sesenta, después de las primeras aportaciones de Asturias, Carpentier y Rulfo, va a surgir una promoción de novelistas que va a protagonizar un auténtico fenómeno literario y editorial conocido como “boom” de la literatura hispanoamericana, basado en la acentuación de los rasgos del realismo mágico como la ampliación hacia lo urbano, la incidencia en los problemas existenciales y la integración de fantasía y realidad y la experimentación en técnicas y lenguaje, inspirada en los grandes innovadores de la narrativa universal del primer tercio del siglo (Kafka, Proust, Joyce). Sin embargo, no olvidan temas tradicionales como el mundo indígena, la figura del dictador o la identidad americana, pero les dan un nuevo enfoque. Destacan los siguientes autores:
 -Juan Carlos Onetti (uruguayo, 1909-1994). Visión pesimista y desesperanzada de la vida, cercana al absurdo. En sus novelas la historia se presenta desde perspectivas diferentes de cada personaje. Su obra más conocida es El astillero.
 -Ernesto Sábato (argentino, 1911). Su novela se orienta hacia el drama psicológico. El individuo aparece en conflicto constante con la sociedad sin valores. Destacan sus novelas El túnel y Sobre héroes y tumbas.
 -Julio Cortázar (argentino, 1914-1984). En sus cuentos, tiene la habilidad de presentar aspectos de la realidad cotidiana como nuevos y asombrosos. Entre sus novelas, destaca Rayuela (1963), ambientada en París y Buenos Aires y protagonizada por Oliveira, un intelectual pesimista y desorientado enamorado dela Maga, mujer imprevisible y llena de imaginación con la que convive en París, y a la que echará de menos en Buenos Aires. Los temas son la soledad, la búsqueda de la atenticidad, el juego como forma de existencia más libre y la reflexión sobre la creación literaria. Presenta una estructura inspirada en el juego infantil de la rayuela (en el que se salta de casilla en casilla), de modo que permite dos lecturas: en orden lineal y en el orden que se propone en un tablero, según una concepción libre y lúdica de la literatura.
 -Carlos Fuentes (mexicano, 1928). La muerte de Artemio Cruz presenta una estructura fragmentaria y narra desde diferentes perspectivas la vida de un poderoso cacique mexicano. El hecho de que el relato se realice desde el punto final, el de la muerte del protagonista, hace que el viaje retrospectivo termine en el punto en que había comenzado, por lo que la organización es realmente circular.
 -Mario Vargas Llosa (peruano, 1936). La ciudad y los perros se desarrolla en el ambiente cerrado y opresivo de un colegio militar en la ciudad de Lima. El lugar condiciona el comportamiento de los personajes, que viven en un mundo cuyos límites son los muros del colegio, donde no existe la individualidad. En este mundo donde hacerse hombre significa la exaltación de la violencia y del machismo, los estudiantes sienten el peso de la soledad viven en constante frustración.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Gabriel José García Márquez  nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios.
      Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia  fue alumno del Centro experimental de cinematografía.
Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria figura de un viejo coronel, y "la hojarasca" es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas. 
     
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya  los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora
     
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado  al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones... En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso. 
     
Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su novela preferida:  El otoño del patriarca (1975), una historia turbia y cargada de tintes visionarios acerca del absurdo periplo de un dictador solitario y grotesco. Albo más tarde,  publicaría los cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981), novela breve basada en un suceso real de amor y venganza que adquiere dimensiones de leyenda, gracias a un desarrollo narrativo de una precisión y una intensidad insuperables. Su siguiente gran obra, El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987: se trata de una historia de amor que atraviesa los tiempos y las edades, retomando el estilo mítico y maravilloso. Una originalísima y gran novela de amor, que revela un profundo conocimiento del corazón humano. Pero es mucho más que eso, debido a la multitud de episodios que se entretejen con la historia central, y en los que brilla hasta lo increíble la imaginación del autor.
En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura.
     
Su discurso fue una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la realidad social total.
Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes. Tres años después recibió sentidos y multitudinarios homenajes por doble motivo: sus 80 años y el 40º aniversario de la publicación de Cien años de soledad. Falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de una recaída en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999.
 Otros nombres que se deben, al menos, mencionar, son José Lezama Lima, Augusto Roa Bastos y Guillermo Cabrera Infante. 
4. La narrativa hispanoamericana de las últimas décadas
La sombra de los autores del boom, algunos todavía en plena forma narrativa, ha condicionado a las generaciones posteriores, que en muchos casos no han podido sustraerse a su influencia (patente también, por cierto, en muchos novelistas españoles de esos años). Entre los más próximos en edad y características podemos citar al cubano Severo Sarduy, de estilo barroco; el argentino Manuel Puig, irónico y sentimental, y al peruano Alfredo Bryce Echenique, autor de Un mundo para Julius (1970),
  En cuanto a generaciones más jóvenes, la estela del realismo mágico aún influyó en dos autores de gran éxito: los chilenos Isabel Allende (La casa de los espíritus, 1982) y Luis Sepúlveda (Un viejo que leía novelas de amor, 1992). Ya en los años noventa, se consagran autores de tendencias variadas, como el argentino César Aira (El congreso de literatura, 1997); el colombiano Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios, 1998), quien muestra con toda crudeza la violencia del narcotráfico en Colombia; y  el argentino Rodrigo Fresán, influido por el intelectualismo lúdico de Cortázar y por la cultura pop (La velocidad de las cosas, 1998). Citamos, finalmente, al chileno Roberto Bolaño, que causó gran impacto con Los detectives salvajes (1998) y 2666(2004); la primera reconstruye las andanzas de dos escritores malditos que investigan sobre un autor vanguardista, mientras que la segunda se centra en la violencia de México y, en particular, de Ciudad Juárez.

lunes, 24 de marzo de 2014

La narrativa desde 1970 hasta nuestros días



A partir del advenimiento de la democracia en 1975 se abre el panorama de la novela en España de tal manera que es prácticamente imposible destacar algunas características o tendencias generales por encima de otras. Cada autor emprende un camino personal con la pretensión de diferenciarse al máximo de sus contemporáneos. De todos modos, vamos a intentar destacar los rasgos más significativos de este periodo:

-          Durante los años setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental e intelectual que tiene su origen principal en Tiempo de silencio. Suelen prestar más atención a la forma que al contenido, ya que el argumento llega a casi desaparecer. Abundan las historias fragmentadas y los monólogos interiores. Este tipo de novela está dirigido a un lector inteligente y culto, con formación suficiente para comprender las dificultades sintácticas que los autores plantean.

-          La mayoría de los autores de este periodo se muestran contrarios al régimen de Franco y comienzan a publicar entre 1968 y 1975.

-          Con la llegada de la democracia, la novela se hace más fácil y accesible de manera que se comienza a extender y a popularizar como el género más importante del final del siglo XX.
-          Una gran parte de los autores vuelven a la narración tradicional, al estilo de los autores realistas del XIX o de los escritores de la Generación del 98.

-          Comienzan a surgir nuevos subgéneros dentro de la novela con la finalidad de ampliar el panorama literario. Así, encontramos desde finales de los años setenta novelas policíacas, novela negra, de intriga, de ciencia-ficción, de aventuras, rosa, de espionaje...

-          El mercado impone su peso a la literatura, de manera que se comienza a publicar con la finalidad de vender una gran cantidad de obras. Los autores se popularizan como creadores y recreadores de opinión en los distintos medios de comunicación (prensa, radio y televisión). El término inglés best seller se asienta entre nuestros autores como sinónimo de calidad y triunfo.

-          En los últimos tiempos se están imponiendo la novela de aventuras y la novela histórica, como los dos subgéneros más pujantes.

Los autores que consideramos más destacados de los últimos años son los siguientes:

*       Manuel Vázquez Montalbán (1939-2004): Es uno de los autores más importantes de los últimos treinta años. Además de un destacado poeta, cultiva con éxito también la novela. Es el creador del detective Pepe Carvalho, protagonista de Yo maté a Kennedy (1972), Tatuaje (1974), La soledad del manager (1977), Asesinato en el Comité Central (1981), La rosa de Alejandría (1984), El balneario (1986), El delantero centro fue asesinado al atardecer (1988) y El laberinto griego (1991). Tiene un gran número de publicaciones de todo tipo, entre las que destacan algunas de sus últimas novelas, como Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (1996). Ha recibido el premio Planeta y el premio de Literatura Policíaca (Francia) por Los mares del sur (1979).

*       Eduardo Mendoza (1943): Es uno de los principales novelistas de los últimos años. Comienza su carrera literaria en 1975 con La verdad sobre el caso Savolta, caracterizada por la intriga y la acción. Narra los abusos que los dueños de una fábrica de armas ejercen sobre sus empleados y los intentos de un humilde periodista, Pajarito de Soto, por descubrir los sucios negocios de contrabando de los patronos. Esta novela tiene una clara finalidad de denuncia social y de crítica hacia la burguesía acomodada de principios del siglo XX. En una línea parecida, aunque más cerca de la novela policíaca, publica El misterio de la cripta embrujada (1979) y El laberinto de las aceitunas (1982). La ciudad de los prodigios (1986) es una de sus grandes novelas. A través de la vida de Onofre Bouvila, un modesto niño, Eduardo Mendoza narra la evolución de la ciudad de Barcelona desde finales del siglo XIX. Sin noticias de Gurb (1991) es una de las novelas más delirantes de nuestro autor. Publicada por entregas en el diario El País, narra las aventuras que vive un extraterrestre, Gurb, que se pierde por Barcelona justamente antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de 1992. Se trata de una novela cargada de humor, ironía y parodia.

*       Luis Landero (1948): Comienza a escribir bastante tarde. Tres de sus novelas sirven para situarlo entre los mejores novelistas actuales: Juegos de la edad tardía (1989), Caballeros de fortuna (1994) y El mágico aprendiz (1999).

*       Javier Marías (1951): Publica con poco más de quince años su primer cuento, La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga, en El Noticiero Universal de Barcelona (19 de abril de 1968). Desde entonces, prácticamente no ha dejado de cosechar éxitos literarios dentro y fuera de nuestras fronteras. En sus novelas suele mezclar el amor con elementos misteriosos y policíacos. En 1971 publica, con la ayuda de Juan Benet, su primera novela, Los dominios del lobo. A esta obra le siguen Travesía del horizonte (1972), El monarca del tiempo (1978) y El siglo (1983). Mientras ellas duermen (1990) es un libro de relatos breves. En 1994 publica una de sus mejores novelas, Mañana en la batalla piensa en mí. Colabora habitualmente como columnista de opinión con diversos diarios.

*       Arturo Pérez Reverte (1951): Ha ejercido como corresponsal de guerra de Televisión Española durante la mayor parte de su vida. Deja esta profesión para dedicarse exclusivamente a la literatura. Desde sus primeras novelas, cosecha un gran éxito, ya que han sido traducidas a veinte idiomas y algunas de ellas adaptadas al cine. Publica novelas basadas principalmente en hechos históricos, como El húsar (1986), El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), La sombra del águila (1993) o la serie de novelas basadas en el capitán Alatriste: El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003). Además, y a causa de su conocimiento directo de la guerra, intenta desmitificar los conflictos bélicos o instituciones en obras como Territorio comanche (1994) y La piel del tambor (1995). Colabora como articulista de opinión con diversas publicaciones, y es actualmente uno de los autores más exitosos y conocidos.

*       Julio Llamazares (1955): Triunfa en 1985 con Luna de lobos. Esta novela narra la historia de cuatro combatientes republicanos (maquis) huidos a las montañas al término de la Guerra Civil, donde tienen que sobrevivir. El autor evoca su infancia en El río del olvido (1989) y en Escenas del cine mudo (1994).

*       Antonio Muñoz Molina (1956): Nacido en Úbeda (Jaén), es actualmente el miembro de la Real Academia Española de la Lengua más joven de cuantos la integran y uno de los novelistas más importantes de la actualidad. En sus novelas suele mezclar elementos policíacos, históricos y misteriosos. Comienza su carrera en 1986 con Beatus ille. El éxito le llega muy pronto, ya que recibe el Premio Nacional de Literatura dos veces, una en 1988 por El invierno en Lisboa, y otra en 1991 por El jinete polaco, que también recibió el premio Planeta. En Beltenebros (1989) desarrolla sus facultades de escritor de novela policíaca con gran éxito en una hábil mezcla de elementos amorosos e intrigantes. Ardor guerrero (1996) es una evocación no exenta de crítica de sus recuerdos del servicio militar. Sus últimas novelas so (2004)Carlota Fainberg (1999), En ausencia de Blanca (2000) , Sefarad (2001) y Las ventanas de Manhattan.

LA NARRATIVA POSTERIOR A 1939

LA NOVELA DE LOS AÑOS 40
El desarrollo de la novela después de la Guerra Civil en un principio se
produjo desde la ideología del bando vencedor. Algunas novelas de este tipo son: Madrid, de corte a cheka (1938), de Agustín de Foxá, así como otra corriente narrativa que se centró en la descripción costumbrista de los ambientes de la burguesía. También tuvo un desarrollo de la novela de humor, cuyo fin era la evasión para olvidar la dura realidad social. Destaca Wenceslao Fernández Flores

Pero en 1942 Camilo José Cela inicia la novela existencial o
tremendismo con la publicación de La familia de Pascual Duarte. Se trata de una tendencia que, aunque no tiene como propósito retratar fielmente la realidad, lo cierto es que mostraba un mundo poco amable; en definitiva, una España muy alejada de la que aparecía en las novelas de los “vencedores”.

LA NOVELA DE LOS AÑOS 50. La novela del realismo social
El fin del aislamiento internacional y el comienzo de la industrialización
de España a partir de 1950 produjo un cambio político y social que influyó en la literatura. Los novelistas del momento abandonan el pesimismo del relato existencial y las alusiones directas a la Guerra Civil, y describen la realidad de una sociedad que evoluciona lentamente. La nueva narrativa está representada por escritores universitarios contrarios al régimen de Franco.
La colmena de Cela será el modelo al que seguirán los autores de esta
nueva corriente, cuya estructura está basada en la nueva narrativa americana.

LA NOVELA A PARTIR DE 1960
La publicación en 1962 de Tiempo de silencio, de Luís Martín Santos,
inicia una nueva etapa en la narrativa española. Se vuelve a la introspección en la conciencia de los narradores y al tema existencial.
Sin embargo, es en lo formal donde se produce el gran cambio., ya que
los argumentos no están tan alejados de la tendencia anterior.
En el desarrollo de esta nueva narrativa inciden diversos factores:
*La influencia de los renovadores extranjeros
*El éxito de la novela hispanoamericana.
*El poder creciente de las editoriales, que ayuda a una mayor difusión
de las obras publicadas.
*El influjo producido por la novela titulada Tiempo de silencio, que Luís
Martín-Santos publica en 1962, que propone separar lo político y social de la literatura.
Ya la novela de Martín Santos (Tiempo de silencio) reunía muchos de
los rasgos característicos de la novela experimental o estructural, rasgos que de un modo sumario podrían ser los que a continuación se enumeran:
*Presenta personajes con problemas de identidad que buscan las
razones de su angustia existencial.
*Crítica a una época anterior a la narración, que marca el carácter de
los protagonistas.
*Desaparición del argumento.
*Difícil estructura. Se eliminan los capítulos y se sustituyen por
secuencias.
*Se utiliza el punto de vista múltiple, que consiste en narrar desde la
perspectiva de los distintos personajes que hay en la obra. Es habitual la
técnica del contrapunto, en la que diversas historias se van cruzando con lo que el lector obtiene una visión fragmentada de los hechos. Para narrar
simultáneamente un número elevado de historias, se utiliza la técnica
caleidoscópica.
*El diálogo es poco habitual; se sustituye por el estilo indirecto libre y,
sobre todo, por el monólogo interior.
*Ruptura lineal del tiempo. Se producen constantes saltos del pasado
al futuro. Es habitual la técnica del flash back, que consiste en el retroceso a un tiempo anterior. El espacio suele ser indefinido.
*Renovación del lenguaje literario. Se introducen neologismos,
extranjerismos, cultismos y coloquialismos y se mezclan diversos niveles de lengua.
Otros autores significativos son: Gonzalo Torrente Ballester, Juan Benet,
Juan Marsé, Luís Goytisolo y Rafael Sánchez Ferlosio.  En Andalucía destacan Caballero Bonald y Alfonso Grosso.

Punto y aparte es la obra de Miguel Delibes, que compone una forma de narrar basada en un esencialismo castellano, en el análisis de lo más interno del ser humano y en una gran preocupación por la naturaleza.

GUÍA DE LECTURA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA



Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada
Nota importante.  Los temas de examen de Selectividad referidos a esta obra son: la técnica del realismo mágico; la importancia del honor; el perspectivismo como técnica narrativa; análisis de los personajes.

1. Introducción
Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1928; Premio Nobel, 1982) es uno de los escritores más importantes y representativos del llamado “boom” de la novela latinoamericana. Sus primeros libros fueron La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961), La mala hora (1962) y Los funerales de Mamá grande (1962); su obra más conocida es Cien años de soledad (1967).
En ella presenta la creación, desarrollo y decadencia de Macondo (pueblo mítico donde convive lo mágico, lo milagroso, lo fantástico y lo real), vista a través de siete generaciones, que sufren soledad, incluso después de muertos.  Son los Buendía y los que les rodean.  En este relato se sintetizan múltiples temas de la novela hispanoamericana.  Macondo atravesará todas las vicisitudes de Colombia a lo largo de un siglo.  Además en el relato se pueden observar abundantes situaciones sociales y psicológicas, como son el machismo, el matriarcado, la incapacidad de amar, etc.  También aparecerán, entre otros, el tema religioso y el poder de la naturaleza.
Otras obras importantes de este mismo autor son:  El otoño del patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981), El general en su laberinto (1989) y El amor en los tiempos del cólera (1985).
Con Crónica de una muerte anunciada García Márquez rinde homenaje al periodismo, profesión que ejerció en su juventud y de la que siempre sintió nostalgia. En efecto, el relato adopta forma de crónica y representa un acercamiento entre lo periodístico y lo narrativo. En cuanto a la ficción, se acerca al género policíaco.
La historia se inspira en un suceso real, acontecido en 1951, que tuvo una amplia difusión en la prensa de la época. Por presiones familiares, en especial de su madre, que aparece como personaje en la obra, García Márquez esperó treinta años para contarla. El tiempo trascurrido entre la historia y el relato le permitió conocer el destino posterior de algunos personajes y recomponer novelescamente el conjunto.
Ha sido llevada al cine (director: Franceso Rosi, interpretada por Rupert Everett, Ornella Muti y Gian Maria Volonté; 1987).
SIGUE....

TRABAJO SOBRE CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA



Esta novela corta nos servirá como excusa para practicar  el comentario de un texto narrativo. Estas son las preguntas que debéis responder.

1,. ESTRUCTURA DE LA OBRA. (Interna y externa; partes significativas, estructura de la narración)
2.- TEMAS PRINCIPALES Y SECUNDARIOS QUE APARECEN EN LA NARRACIÓN
3.- ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES
4.- RECURSOS ESTILÍSTICOS
     A) El narrador
    B) El espacio de la narración
   C) El tiempo de la narración (comentar además el uso tan especial que García Márquez hace del tiempo hacia adelante y hacia atrás)
  D) El lenguaje que se utiliza en la narración.
 E)  Las figuras literarias que resulten más destacadas.

5.- COMENTARIO CRÍTICO DE LA OBRA


Para que os sirva de ayuda os reproduzco lo que dimos al inicio de curso sobre la estructura narrativa:
CARACTERÍSTICAS
La novela es el género narrativo por excelencia en el panorama literario actual. Su nombre proviene de la palabra italiana novella, que en su origen significaba ‘noticia, historia o cuento breve’. Como todos los géneros narrativos, la novela es un relato de sucesos y acciones relacionados con unos personajes y que se producen en un tiempo y un espacio determinados.
La acción es uno de los elementos principales de la novela. Es la recreación que hace el narrador de la secuencia de hechos que se cuentan. No debe confundirse con la historia, el orden cronológico de los acontecimientos. Partiendo de la historia, el narrador construye la acción, cuyo orden puede coincidir o no con el de la historia. Para ello se sirve de una estructura narrativa, que puede presentar tres esquemas básicos:
- Esquema clásico:
o Planteamiento: Presentación del espacio, el tiempo y los personajes.
o Nudo: Desarrollo del conflicto.
o Desenlace: Resolución del conflicto.
- Esquema in media res (en mitad del asunto):
o Nudo: Desarrollo del conflicto y referencia a acontecimientos anteriores que explican el origen y el sentido del conflicto.
o Desenlace: Resolución del conflicto.
- Esquema in extrema res (al final del asunto):
o Situación final.
o Narración lineal:
§ Presentación.
§ Nudo.
§ Desenlace.

El tiempo narrativo es el momento en el que se sitúa la acción. Existen dos tipos de tiempos:
- El tiempo externo, que se refiere a la época histórica en la que tienen lugar los hechos relatados. En el caso del Lazarillo de Tormes es el siglo XVI, mientras que una novela de ciencia ficción se ambientará, por ejemplo, en el siglo XXII.
- El tiempo interno se divide en dos:
o El tiempo de la historia, el que pasa desde el planteamiento hasta el desenlace. En el Lazarillo de Tormes es la vida de Lázaro desde que nace hasta que escribe la carta.
o El tiempo de la narración, el que tarda el narrador en contar la historia. En el Lazarillo es el tiempo que tarda Lázaro en contar su vida en la carta.
El tiempo de la historia puede alterarse mediante dos procedimientos: la analepsis o flash-back, que interrumpe la narración para referir hechos sucedidos anteriormente, y la prolepsis o flash-forward, mediante la cual el narrador hace referencia a acontecimientos futuros.
Otro elemento de la narración novelística es el espacio narrativo, la reelaboración que el autor hace del lugar donde transcurre la historia. Este espacio puede aparecer solo mencionado o describirse con mayor o menor detalle. Las descripciones del espacio son fundamentales para crear un determinado ambiente, es decir, un conjunto de circunstancias espaciales, sociales, psicológicas… que condicionan a los personajes. De esta manera, tenemos narraciones de ambiente urbano o natural, realista o fantástico, popular o elitista, burgués o aristocrático, exótico, misterioso, terrorífico, etc.
Los personajes constituyen un componente fundamental de la narración novelística. Son los elementos que llevan a cabo las acciones contadas por el narrador, y no siempre se identifican con personas. Se pueden clasificar según su función y su nivel de caracterización y complejidad:
- Según su función:
o Principales: Aquellos en torno a los cuales se desarrolla la acción. Son dos:
§ Protagonista: Desempeña la función fundamental en un relato y determina la organización del mismo. Puede ser un individuo o un colectivo.
§ Antagonista: Se opone de alguna forma al protagonista o está en conflicto con él a lo largo de la narración. Igual que el protagonista, puede ser individual o colectivo.
o Secundarios: Menos significativos dentro de la trama del relato, aunque adquieren cierta relevancia en episodios puntuales. También pueden ser individuales o colectivos.
- Según su caracterización:
o Personajes planos (o tipos): Aparecen caracterizados a grandes rasgos y de una vez, en bloque. Se identifican con un modo de proceder concreto que explica sus actos. No presentan conflictos psicológicos ni evolucionan a lo largo del texto.
o Personajes redondos (o individuos): Representan los cambios y conflictos psicológicos de los seres humanos. No se pueden describir en pocas palabras, ya que su mundo interno es complejo y contradictorio. Van evolucionando a lo largo de la historia.

El narrador es el último de los elementos claves de la novela. Es la voz que emplea el autor para contar la historia, y puede ser de diversos tipos según el punto de vista que adopte:
- Según su participación en la historia:
o Narrador externo: Cuenta los hechos en los que se supone que no ha participado como personaje.
o Narrador interno: La voz de uno de los personajes que participa en la acción. Puede ser:
§ Narrador testigo: Está presente en los sucesos como espectador. Forma parte de la historia, pero su intervención es muy escasa o nula.
§ Narrador-personaje secundario: Ha participado en los hechos, pero no es el protagonista.
§ Narrador-protagonista: El que cuenta los hechos es el que los ha protagonizado.
- Según su dominio de la historia:
o Narrador omnisciente: Lo sabe todo sobre el universo novelesco. Domina el relato como una especie de «dios» de la ficción creada por él. Conoce la historia anterior y el destino de todos los personajes, puede penetrar en su interior y descubrir al lector todas las facetas de su personalidad, sus pensamientos y sus deseos.
o Narrador limitado: Mantiene cierta omnisciencia con un solo personaje, se identifica con él y explica la historia en función de lo que este conoce.
o Narrador objetivista: Intenta ocultarse y desaparecer de la narración, dando la impresión de que solo conoce la parte de la historia que se está contando en ese momento. El efecto es similar al de la cámara cinematográfica, que solo registra lo que se ve desde fuera.

El narrador puede hacer uso de las tres personas gramaticales para contar la historia, identificándose cada una con un elemento de la narración:
- La primera persona corresponde al narrador. Si es externo, se limitará a expresar comentarios y juicios sobre la acción. En cambio, será predominante cuando sea un narrador-protagonista, y alternará con la tercera persona si es un narrador-personaje secundario.
- La segunda persona corresponde al narratario, al destinatario de la narración, que puede ser un personaje de ficción al que se dirige el narrador, o bien directamente el lector.
- La tercera persona corresponde a los personajes, y es propia del narrador externo y el narrador testigo.